Hormigas obesas
Para hacer investigación científica no es necesario viajar a
países exóticos ni elegir raros animales en peligro de extinción. Eso es lo que
nos ha demostrado un grupo de estudiantes de secundaria del IES Sota de Bastos de Granada que han
participado en un proyecto PIIISA de iniciación a la investigación en
colaboración con la universidad de Granada y el CSIC.
El proyecto se denominaba “Cuidado con lo que PIIISAs” y
tenía por objeto de estudio las hormigas que viven cerca de los contenedores de
basura. Los jóvenes científicos estudiaron la organización de las colonias de
hormigas de la especie Formica Spp, sus hábitos, su organización social
y su alimentación.
A continuación compararon esos datos con los obtenidos en
colonias de hormigas de la misma especie que viven en pleno campo. La comparación no
reveló grandes diferencias, excepto en un aspecto: el peso medio de cada
individuo. Las hormigas que viven cerca de los contenedores y se alimentan de
nuestros restos de comida tienen un sobrepeso del 50 al 80% con respecto a las
hormigas del campo.
Sin la colaboración de la universidad no se hubiera podido
hacer este sorprendente descubrimiento, pues los alumnos hubieron de usar unas
balanzas de precisión muy sensibles, sólo disponibles en la Facultad de Ciencias, para poder pesar pacientemente las hormigas.
Nuestros jóvenes científicos dedujeron a partir de los datos obtenidos que ese sobrepeso sólo es explicable por la comida tan supercalórica y
poco sana que conforma nuestra dieta. Las hormigas además no necesitan viajar a
grandes distancias para conseguirla, con lo cual tampoco queman apenas
calorías.
Concluyeron que estos pequeños insectos sociales son un reflejo de lo que
somos en los países ricos: un inmenso hormiguero formado por millones de
individuos con sobrepeso.
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